No queda nada

Antes de que me respondas, quiero decirte que del ser que fui no queda nada.

La mirada triste, la espalda encorvada y la angustia en el pecho desaparecieron

cuando me enfrenté al espejo. No me gustó lo que vi y me reí de mi mismo,

así desperté del letargo y tuve valor para sacudir al infeliz que habitaba en mí.

Todo el peso en los hombros se alivianó igual que el miedo.

El ego y la soberbia me enseñaron lo que me perdí de vivir a tu lado.

Regresa, por favor te lo pido, que ese ser que conociste se fue para siempre.

Regálame el tiempo y el aliento que necesito para respirar un aire distinto,

porque ésta mi alma de niño solo encuentra refugio en tu abrigo

y te promete jamás volver a dejarte o ignorarte.

Esencia, si te quedas prometo reinventar la historia de mi vida contigo,

anclarte a mi corazón como la felicidad que siento en este momento

de pensar que seas tú la que guíe el viaje que comenzaremos de cero.

Eres la voz de mi alma, ahora lo sé sin tener que golpearme el pecho

para que el dolor me recordara lo miserable que soy

si tú no estás conmigo, si no estamos juntos.

Recuperarte, Esencia mía, será lo más preciado que haga por mi,

por ti, por lo que somos cuando estamos juntos.

Quédate conmigo que del ser que fui no queda nada.